Sociedades Académicas
Región Monterrey
Nuestros alumnos tienen sueños: sueños grandes.
Algunos de esos sueños implican un largo andar cuesta arriba por caminos muy sinuosos ya por alguien allanados; otros pedirán atravesar densas selvas o áridas sabanas donde nadie antes ha dejado su huella.
Nuestro trabajo, como Universidad, es darle a los estudiantes el conocimiento que les servirá de bastimento durante su viaje.
Pero, como se lee en el primer Libro, "no es bueno que el hombre esté solo", y aquí, de sobra sabemos que la soledad es esfinge que te ataca con preguntas en el camino, con ganas de arrojarte hacia el vacío existencial.
Es por eso que en hemos creado el programa de Sociedades Académicas.
Tan pronto llega un alumno y toca a cualquiera de nuestras puertas, le preguntamos cuál es su derrotero, y auscultamos con atención el sueño que late en su corazón.
Es entonces cuando hacemos que su sueño sea también nuestro sueño, el de todos; lo hacemos nuestro "munus", nuestra ocupación: lo transfiguramos en "co-munidad". Le advertimos que el camino será muy largo y que está lleno de hiedras y cardos, que el conocimiento que vaya encontrando a manera de bayas silvestres no será suficiente alimento, que su alma se irá con cada paso formando y transformando hasta convertirse en el motor de otros y que pronto tendrá que ir al frente sosteniendo el báculo del líder y señalando con él las nuevas maneras de sortear los grandes obstáculos.
Pero también le decimos que nunca caminará solo, y que cada vez que le veamos fatigado, susurraremos a su oído aquello que su corazón latió.
No habrá marcha atrás. Seremos todos sus compañeros de viaje, sus socios de vida, su Sociedad Académica, los testigos de su florecer.